sábado, 7 de junio de 2025

Brujería y locura

 Sin saberlo, el ser humano vive una especie de existencia doble en la que se toma demasiado en serio aquello que con arrogancia suele denominarse "la vida real" En esta tesitura, tenemos por un lado la existencia vigil que es toda ella mera ficción y que las personas creen que es su auténtica vida, y por otro lado, tenemos la existencia onírica que es aquella que verdaderamente nos configura y que supone el plano superior donde se congrega todo el flujo de la verdadera existencia. Sin embargo, pocos son los que llegan a darse cuenta de esta enterrada verdad, y muchos menos quienes comprenden su misterioso mecanismo, logrando así trascender en el conocimiento universal de los sueños. Quizás porque hemos partido desde siempre considerando los sueños como una ilusión, hemos acabado perdiendo el interés en lo mismo alejándonos de este saber que tanto nos comunica sobre lo que verdaderamente somos nosotros mismos.

Hubo alguien entre los pocos que lo han logrado que consiguió dominar esta arcana sabiduría, y que a falta de un nombre mejor suele ser denominado bajo el apelativo de "soldado-brujo" Desde que investigo estos extraños asuntos he escrito algunas cosas sobre él, intentando entender cómo llegó a esos conocimientos, y con ello, sólo he logrado extraer algunas anécdotas. No obstante, respecto a su existencia vigil sé poca cosa, ya que no hay mucha información en relación a su paso por el mundo. Lo que si sé de acuerdo a algunos confidentes es que su paso por el pretendido mundo real ha estado plagada de escollos, sus semejantes nunca se lo han tomado verdaderamente en serio y eso ha dado como resultado que acabase forjando un carácter sumamente huraño, junto a la inevitable consecuencia de considerarse a sí mismo una suerte de ermitaño debido al escaso contacto que tiene con la sociedad.

En general, la mayoría de las personas lo consideran un fraude, un paria muy charlatán que vive en las nubes desde hace largos años, y cuyo comportamiento es bastante extravagante. Ya desde su juventud se adiestró a sí mismo gracias a luengos y envejecidos tomos de algunos libros en la práctica de la magia negra. Sus familiares, seres queridos y allegados nunca se lo tomaron excesivamente en serio, y aunque le temían para sus adentros, en público siempre mostraban un claro desdén por su tarea, que no era otra que conseguir el dominio de la magia. La mayoría de las gentes consideraban que se hallaba embarcado en una tarea cuanto menos vana, que tendría que ocuparse de asuntos mas mundanos de cara a encauzar su vida. Pero este rara vez les prestaba atención e insistía en dominar las artes mágicas y conseguir manipular los elementos de acuerdo a sus intereses.

Su única equivocación al respecto fue el intentarlo y aplicarlo al mundo vigil, puesto que tras algunos años de secreta investigación se dió cuenta que donde podía aplicar en plenitud su recíen adquirida sabiduría era en el mundo onírico, y que una vez que desplazase el fundamento ontológico al ámbito de los sueños sería donde conseguiría un pleno dominio de la magia, especialmente la negra que era aquella que dominaba de forma natural, como si hubiera nacido coj ello. Y sin duda lo consiguió, ya que terminó campando por el mundo onírico como un rey a pesar de que nunca aceptó un reino concreto como propio. Mas bien causó una serie de escándalos entre el común de las gentes, los cuales le despreciaban a la par que le temían como acontecía con sus semejantes del mundo vigil. Pero, no obstante, sí que obtuvo el consecuente respeto e incluso admiración de diversas criaturas que transitan por el mundo onírico desvastando todo a su paso, y por ende, provocando pavor hacía todos aquellos que se denominan humanos y que suelen repeler de todo aquello que consideran distinto a su configuración mental y física.

Uno de los episodios más sonados del soldado-brujo fue en relación a un internado psiquiátrico que se encuentra en la linde con las zonas prohibidas del mundo onírico que suele llamarse Yosk por todos aquellos que tienen ciertas nociones de geografía. Lo extraño de este internado era que sólo era habitado por mujeres, algunas de ellas meramente desquiciadas por las circunstancias que habían vivido, otras que eran consideradas locas a fuerza de repetirselo, y algunas otras que eran brujas. Respecto a estas últimas, a diferencia de los procesos inquisoriales del mundo vigil, no eran llevadas allí por su dominio y manipulación de los elementos, sino porque verdaderamente eran un peligro para la estabilidad del mundo de los sueños en tanto que asesinaban impunemente a las gentes para realizar determinados rituales, aunque otras veces era por mera diversión. Algunas de ellas se habían vuelto tan poderosas que se mutaron interiormente en arpías y lamias, logrando con ello unas capacidades que hasta día de hoy resultan cuanto menos inhóspitas e insospechadas.

En relación a esta aventura, el soldado-brujo consiguió una serie de hechizos que le permitía poseer a sus victimas, logrando con ello manipularlas para que satisfacieran sus deseos. Había estado ensayando en una aldea muy tranquila que recibía el nombre de Umbrel, y que suele ser aquella que se encuentra habitada por aquellos que todavía no han logrado apercibirse en el mundo onírico, perdiendo así su autonomía espiritual y vagando en la inconsciencia. Además, suele ser el primer lugar que conocen aquellos que en su edad adulta sueñan. Así, pues, el soldado-brujo usó de susodicha aldea como experimento de sus mágicas habilidades, logrando que se rindiera culto al caos y al desorden. Tanto daño hizo a la zona que desestabilizó al mundo onírico durante bastantes años, puesto que sus habitantes corrían de un lado para otro en un frenesí apoteosico, y a las veces cometiendo agresiones y asesinatos a quienes antes consideraron amigos. Sin duda, toda una locura enfermiza que sólo se logró paliar haciendo algunos reajustes y produciéndose una serie de deportaciones de nativos por el bien de la comunidad.

Sin saber cómo, el soldado-brujo logró internarse en el sanatorio mental, y recorriendo sus múltiples galerías comenzó a poseer a las pacientes, experimentando así con sus cuerpos y realizando acciones impías. Las autoridades del reino no sabían qué hacer, pues en cuanto la noche reclamaba lo suyo y las sombras se convertían en los únicos adornos del lugar, el soldado-brujo se insertaba entre los sótanos del internado y no había manera de sacarlo de ahí. Algunos decían que además de levitar, era capaz de atravesar las paredes, de ahí la imposibilidad de atraparlo puesto que en cuanto despuntaba el sol lograba escapar con entera impunidad. Parecía que nadie era capaz de hacer nada, por muchos efectivos que se mandaran a hacerse con él, todos entraban como salían del susodicho edificio: completamente desconcertados.


De entre todas las víctimas, hubo algunas que se dejaron poseer voluntariamente, y que incluso lograron escapar con el soldado-brujo hacía desconocidas tierras. Estas eran las arpías y las lamías, las cuales se sentían inevitablemente atraídas por el oscuro influjo del soldado-brujo, y que desde entonces sellaron con él un pacto de fidelidad en carne y en sangre.


A través de los oscuros pasillos y de las húmedas celdas, ocurrían cosas tan impías como blasfemas que sólo la ausencia de luz lograba dejar latentes y en la duda. Se sospecha que se hicieron bastantes rituales a lo largo de aquellas noches, y que incluso se invocaron una serie de criaturas polimorfas que aún habitan entre los corredores después de la huída del soldado-brujo y las arpías. Esto se sabe porque poco después de estos sombríos acontecimientos se decidió desalojar el edificio, y ya de paso la aldea entera por temor a que estas criaturas de las noche devorasen y sodomizasen a mas victimas inocentes. Todos se encontraban claramente atemorizados con tan sólo pensar en la posibilidad de encontrar a una de estas criaturas, de las cuales debido a su extrañeza aún no han recibido una denominación exacta. Tanta era su variedad de deformidades y de poderes oscuros que resultaba imposible ponerles un nombre adecuado a todas ellas.

En relación a esta terrorífica aventura, algunas brujas verdes de la zona norte del mundo onírico, decidieron pedir ayuda al soldado-brujo respecto a una cuestión que para ellas era de gran importancia. Por lo visto, en la academia de brujas del poblado de Usk se había dando un incidente cuando una de las brujas más avanzadas optó por hacerse con el poder de toda la institución, provocando con ello que algunas de sus hermanas terminaran enclausuradas entre los muros de lo que antaño fue su hogar. Quizás debido al episodio de la institución mental y al dominio del soldado-brujo en relación a los hechizos de posesión, de invocación ritualística y de nicromancia, pensaron que sería una buena decisión el contar con él.

Se reunieron en la planta inferior, que era aquella que aún no había sido profanada, y le insistieron en la necesidad de aplacar el poder de la autoproclamada "reina de las brujas verdes" Obviamente, el soldado-brujo no iba a acceder a sus demandas a cambio de nada, y les insistió varias veces a lo largo de la conferencia que si accedía sus peticiones era a cambio del pleno control de las brujas verdes de la zona. Con muchos titubeos estas finalmente dieron asentimiento al trato, firmando así un sólido acuerdo en impía sangre. Aquello regocijó en grado sumo al soldado-brujo que resultando un paria en el mundo vigil, ahora era casi un semi-dios en el mundo de los sueños debido a la cantidad de acolitos que ahora le servían para los más diversos asuntos y tareas.

Poco después de firmar el acuerdo, el soldado-brujo fue ascendiendo con cautela los diferentes pisos que componían el edificio de las brujas verdes, y prestando suma atención a cada infimo movimiento, a cada tenue sonido y a cualesquier presencia presentida de soslayo, avanzó sin demasiada dificultad. Lo que más le extraño era que las diferentes salas que ahora tenía ante los ojos no correspondían con aquellas que se reflejaban en los planos que le habían dado las brujas verdes, mas bien parecían lugares que le sonaban de antaño, de cuando era niño y habitó diferentes casas antes de hallarse en la que ahora se aposentó en su vida vigil. Al principio pensó que se trataba de una especie de broma en forma de hechizo ilusorio, mas en realidad aquellas habitaciones no daban pie a engaño, y a excepción de algunos plotoplasmas que flotaban por las salas, todo permanecía impoluto.

Cuando ya se encontraba en la penúltima planta, una especie de estremecimiento interno le recorrió el espinazo cuando reconoció en lo que veía una amplia sala que daba acceso a una serie de habitaciones que había recorrido cuando era niño todavía. Todo se encontraba tal y como recordaba, incluso los plotoplasmas y otras sustancias y neblinas fantasmales habían desaparecido de su vista. Se detuvo dejando a próposito que la añoranza le invadiera, accediendo a la habitación donde él mismo había dormido cuando era un inocente chiquillo. De repente, le dominó una especie de temblor interno que le reveló una verdad de la que hasta entonces era ignorante. Justo en esa habitación había tenido un sueño que se fusionó con la vida ordinaria en la que una mujer ataviada con una capa blanquecina le contó determinados secretos que hasta ese momento había olvidado, pero que de forma repentina había recordado como si aquello lo hubiera vivido ayer.

"Entonces... Lo que soñamos y lo que vivimos puede llegar a fusionarse siguiendo determinados patrones..." pensó realizando una serie de muecas que correspondían al éxtasis que estaba sintiendo en esos momentos. Sólo se detuvo unos instantes para pensar y repensar susodicha sentencia, y acto seguido se dió la vuelta para acceder a las escaleras de caracol que le conducirían a la última sala. Incluso aquellas escaleras de frío marmol fueron rapidamente reconocidas como parte de aquella casa que visitó y que habitó tantas veces cuando era un niño, reconociendo así cada uno de sus recovecos como fragmentos de su pasada infancia que ahora aprehendía con la mente "¿Quién iba a pensar que estos recuerdos ahora recobrados me iban a conducir a un conocimiento que guardaba dentro de mí mismo, pero que siempre estuvo lantente?" terminó de preguntarse justo al entrar a la sala más elevada del edificio.

Y allí arriba, adornada con una verdosa bruma que la circundaba se hallaba la reina de las brujas verdes que correspondía a aquella que había visitado sus sueños de niño. Estaba prácticamente igual, a excepción de que sus cabellos negros se encontraban ahora desperdigados y la túnica blanca había sido sustituida por una entre marrón y verdosa. Nada mas verla, el soldado-brujo optó por el silencio durante los primeros instantes, para acto seguido realizar una serie de movimientos de su dedo índice y anular que correspondían a una serie de hechizos de reconocimiento. La bruma se aplacó siendo sustituida por la nitidez, y la reina verde se desplazó en su dirección sellando un pacto que transfiguró la oscurecida sala en los altos torreones de un desconocido castillo. 

En tales alturas reinaba la noche y el fulgor de la pálida luna, y la reina verde se unió al soldado-brujo relatándole los saberes secretos que tenían que ver con la relación existente en forma de invisible puente que aunaba los sueños con la existencia material. Y conduciéndole por los pasillos del sombrío y desgastado castillo, le llevó a una biblioteca plagada de volúmenes que se encontraban en relación directa con esta temática. Desde entonces el sueño de las gentes que habitan alguno de estos mundos ha sido mas inseguro, y la vida vigil más parecida a la onírica de lo que aparenta ser para los desconocedores de estos hechos. Ahora las tinieblas han reclamado su posición frente a la totalidad del cosmos, y consecuentemente los días parecen acortarse para ceder a favor de túmulos sombríos. Se desata una tormentosa tempestad, dando pie a la aparición del soldado-brujo que sobrevuela la existencia con la facilidad de una araña sostenida en su hilo.

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