- Mensaje lunar
Cuando llega la noche, afloran
mis sentimientos colmándome
de amarguras y resentimientos
que me inflaman de secretas melancolías
Desde lo alto, la luna velada por las nubes
es testigo de esta tristeza tan mía
que tengo clavada en el pecho
cual herida producida por algún dios.
Tanto destino como azar se mutan
en algo similar, que cuelga de las ramas
de los árboles, zarandeadas por un viento
al que algunos llaman triste capricho.
- Paraíso lejano
Tengo el corazón cercenado,
y por eso no dejo de andar en soledad.
Mis pasos contemplan lo mismo
que mis ojos, y mis apagados latidos
siguen el mismo desacompasado ritmo
que mis piernas en su incansable sendero
Allí, en lo alto, hay tanto vacío...
Ahí, mas adelante, hay tanta pena...
¿Escucháis ese triste canto lejano?
Son mis quejas ante lo irremediable.
¿Véis aquella figura sombría que se aleja?
Es mi vida que se pierde cada segundo.
- El consuelo de un extraño ser
Hay un abismo muy profundo, un foso
inmenso tan oscuro, que se encuentra
en algún recóndito lugar entre espesos
bosques donde no llegan los amaneceres
Sólo es visible durante el atardecer,
cuando las únicas iluminarias
que se encuentran por el camino
son aquellos resplandores lunáticos.
Es en ese momento, cuando se asoma
un extraño ser, una figura tan poco
definida que resulta díficil decidir
si es un espíritu moribundo o un vivo entristecido
Ay, cuanto me duele el pecho,
cuantas penas me atosigan la garganta
y hacen saltar mis lágrimas condenadas.
Sólo la brisa nocturna me alivia.
- Paseos del pasado
Hace algunos años, completamente solo
atravesaba riscos y montes a paso lento
y meditabundo. Pensaba acerca
del curso de todas las cosas y su rutina.
Ahora ya ese paisaje desértico
no se encuentra ante mí, ha desaparecido
Pero esa soledad que entonces sentía
todavía permanece latente aquí.
- Otra senda
Las sendas del hombre son caprichosas
y sus maneras harto azarosas.
Cuando creen que andan erguidos,
en verdad se arrastran por los suelos.
Se quedan con la apariencia y la falsedad
teniendo en su mano realidad y verdad.
Buscan el constante aplauso,
quedándose ellos con las lágrimas,
y cuando son felices celan el ser importantes
En verdad, nunca comprenderé sus designios
ni deseo comprenderlos para contaminarme.
Prefiero ir por otro camino que sea
allende a la pausa y al silencio.
- Mi amiga la niebla
Hoy ha amanecido con niebla,
la cual ha ido dispersándose tenuemente
a través de los diversos caminos
del hombre. Todos palidecen, se entristecen.
Mientras tanto yo, la contemplo
con manifesta admiración
al considerarla una suerte de hermana
mía, pérdida con los años.
Cuanto quisiera llegar a fundirme
con ella, a ser indestingible de aquella
agua húmeda. Y con ello, provocar
esa melancolía que a todos desconcierta.
- Fantasma
Es una noche plagada de brumas,
tan oscura ella que sólo deja entrever
una blancura luminosa colgada
y sostenida por un ente invisible.
Siluetas se observan a los lejos
tan tempranas como gritos ahogados
en una madrugada hechicera, lamentos
olvidados pertenecientes a otros tiempos.
Las gentes huyen, no desean ser
atrapados por la manta danzarina
que obnubila a cada parpadeante estrella.
Soy un espectro en la niebla.
- El regreso
Entre la espesura, contemplo,
el sucederse de los millares de seres.
Puedo ver como estos nacen,
se estrechan, menguan y finalmente perecen.
Siempre se trata del mismo cambio
inserto en la naturaleza de las cosas,
procede de un núcleo sutil que provoca
esa efímera danza eterna y universal.
Yo aburrido, ya me he cansado de mirar
la misma escena desde hace varios siglos
Quisiera que hubiera por fin algún tipo
de final: regresar a la Madre.
- Melancolía campestre
Lamentos lejanos se escuchan
de soslayo en los tórridos campos.
Tanta es su melancolía, innúmera
su desolación que lloran con el viento.
Se verá una solitaria brizna de hierba
florando en los montesinos acantilados
que llegará a ese recóndito rincón
donde algún desgraciado enciende una vela.
- Lágrimas nocturnas
En mi soledad fluye el pensamiento
de eternizar este segmento de tiempo,
y aún a sabiendas de tal imposibilidad,
juego en mi mente con este fabular.
Por un instante, esta imagen se congela
y nace un momento aletargado,
se va disipando en la medida que soy
consciente de su presencia desfalleciente
En esta noche, yo junto a las sombras
espero ese alumbramiento indeterminado,
aquella estela que va clavando en mi
pecho y que siempre acaba invocando
[ lágrimas en profusión
- Olvido
Veo pasar los años cual si cada uno
de ellos fueran motas de polvo
suspendidas en los estrechos
recovecos de mi destartalada habitación.
Olvido lo que es el tiempo, la distancia
y lo que separa todas las cosas.
Llegará el momento en el que me señalen
y no sepa a quién se refieren.
- La sabiduría enterrada
Ensimismado ante mis libros, imagino
que estos me hablan en forma de susurros
narrándome su sabiduría encerrada
en esa especie de sedoso ataúd.
Mi biblioteca se asemeja a un cementerio
donde la muerte está mas viva que la vida,
cuyo núcleo ancestral palpita con el
deslizarse de sus páginas, cual olas.
Todos los conocimientos desperdigados
en forma de huellas de tinta, salpicados
de lirismo y sobriedad insospechada.
Sólo a través de melodías se les entiende.
Danzan como mujeres locas las palabras,
desnudas de ornamento, carentes
de pretensiones de fama o de grandeza.
Yo, camino entre ellas, como un muerto más.
- La música del silencio
Desde mi corazón, suena una nota triste.
Tan triste que ya empieza a desafinar,
a languidecer como un instrumento
amortajado, olvidado de partitura.
Todos tocan la misma canción, sin cesar.
Ya me cansan sus ritmos y viejos acordes
Quisiera que todos parasen de tocar,
se detuviesen en este instante,
para que comenzará a sonar un no-sonido
proveniente del silencio y la ausencia.
Una melodía así es lo que necesito:
aquella que anuncia el final de la orquesta
- Perpetua oscuridad
Bajo el influjo del tiempo, nosotros
y las cosas naturales nos degradamos.
Sin ser capaces de evitarlo, un eterno
proceso de caducidad come nuestra piel.
Pero, algo hay tras toda esta armadura
aparencial e inexistente que se oxida,
algo con un hálito universal concretado
en esta infinita noche sin final.
- Declaración
No sé si soy poeta, o sólo me dedico
a escuchar al demonio interior
que me susurra versos incomprensibles,
palabras lanzadas al azar de mis desgracias.
Tampoco sé si escribo poemas,
o simplemente es mi mano inspirada
que se desliza trazando manchas negras sobre un fondo que está nevado.
Desconozco este misterio llamado poesía
mas mi única certeza es el saber
que a través de estos renglones
me despedazo para nacer de nuevo.
- Confesión
Me declaro un completo ignorante
que sólo sabe vagar libremente
por lugares que no osan ser pisados
por la mayoría de las urbanas gentes.
Soy un estúpido al que se le ha olvidado
hablar, escuchar, oler y moverse,
pero que todavía guarda en su memoria
los paseos en el campo y algunos versos.
Reconozco mi ingenuidad, mi falta
de intelecto como así mi perspectiva vital.
Aún conservo cierta dignidad
que reverencia silencio y belleza a la par.
- No-yo
Lanzo suspiros a la brisa nocturna,
y al suspenderse en el rayo de luna
acaban convirtiéndose en escalas
sucesivas de un vaho congelado.
Son mis sueños y mis recuerdos,
que se quedan eclipsados por la oscura
hermosura que encubre la noche.
Las estrellas son testigos.
Así como también lo son cada ser
invisible que pobla los espacios
consecutivos, que se deleitan
con desgracias y alegrías sin discriminar.
Ah, en estos momentos tan hechiceros
sólo quisiera retornar a mi naturaleza
original, fundirme con todo y con todos
y dejar de ser un yo encerrado.
- Enfermedad
Con el cuerpo enfermo, derrumbado,
sufro de temblores y grandes toses.
Mi cabeza es un hervidero de millares
de sensaciones, todas ellas entremezcladas...
Pero en mi interior, en mi conciencia
verdadera, algo se afina agudizándose
secretamente, y que me conduce
a los ocultos senderos de la muerte
y de los sueños
- Designios de mi caída
Los días transcurren impulsados
por un secreto viento, y sus noches
se postran bajo mi tormento, manteniendo un letargo a próposito
para tentarme a fracasar en la vida.
Las caídas sucesivan se acumulan,
se van amontonando para no dejar paso
a victoria alguna que quiera sublevarse.
Reina la oscuridad, su fuego infernal,
esa desdicha que se asoma
en una esquina, y a la que le encanta
danzar con movimientos desacompasados
Poco importa que ría o llore, que me lance
al abismo, o que me arrodille ante
los invasores de mis pensamientos,
pues al final las consecuencias
se sucederán como ya estaba predestinado,
en segmentos alocados que fueron
lanzados por aquel adivino abrumado,
que gritaba: "¡Oh, tu destino!"
- Mis sueños
Son mis sueños puertas a otros
mundos, y quizás a otras vidas,
pérdidos todos ellos sobre las infinitas
sendas de los supra-mundos universos.
Cuando sueño, viajo hasta ellos,
y mientras me dura el cierre de párpados
vivo como uno mas entre ellos,
andando con los seres y todas las cosas.
Qué pena siento cuando tras interrumpirse
el soñar, no gozo de la suerte
de poder despedirme momentáneamente
de aquellos queridos habitantes soñados
A veces me pregunto cuando despierto:
¿Es este despertar la realidad,
o mas bien lo real es el soñar
y esta vida no es más que un sueño de un sueño?
- Cantares solitarios
En completa soledad escucho a traves
del silencio un secreto canto proveniente
de mas allá de donde lindan algunos
arboles. Se entona una desconocida
melodía que pugna con un sentimiento
de triste nostalgia, y que se desliza
por la mente y el corazón culminando
en aquello que solemos denominar alma.
Me detengo, no puedo evitar quedarme
petrificado, deseando desde mi interior
que su armonioso canto nunca cese,
que ese sea el canto de mi funeral.
- A pesar del frío
Atravieso la escarcha enfundado
en grueso abrigo recordando
pasados inviernos cuando en pareja
situación me encontraba.
Percibo un cambio, no en el ambiente
sino en mi mismo. A pesar del frío,
hay algo en mi interior, una llama
que sopla al rededor de las memorias alejadas.
En esta noche cargada de heladas
y de hierbas congeladas, late en mi
una suerte de hálito infernal
que me hace encontrar sosiego en el final.
- Claustro de la lectura
Encerrado en mi habitación, transcurren
las horas siguiendo un lento ritmo.
Completamente solo, a excepción
de la compañia de un buen libro,
tengo profundas conversaciones
con los pensamientos congelados
de gentes que ya están muertas.
Me entiendo a la perfección con ellos.
Sepultado entre mantas, paso las páginas
en placentero letargo, dejandome llevar
por palabras colocadas con elegancia.
Todas ellas me llegan a mente y corazón.
Jamás renunciaría a este eterno deleite,
y menos por seguir el ritmo de un mundo
decadente, cargado de desdichas varias
y acontecimientos tan superfluos como banales
- Malos sueños
Cruel desdicha es alimentarse
de diversas fantasías, pero es todavía
más funesto el caer en los derroteros
que construyen en este efímero mundo.
Mejor sería vivir en la apariencia
de nuestra mente, que aquella
es tomada por la realidad misma
siendo la pesadilla de algún diosecillo.
- Dentro/fuera
Tengo un mundo interior inmenso,
que reniega de salir al exterior.
Pienso que las palabras cuando salen
de ese foso profundo, se degradan,
se convierten en mentiras destinadas
para los demás fenómenos del mundo.
Por eso callo, hermanado con el silencio,
guardo esos pensamientos y sentimientos
que evocan en mí paraísos insatisfechos,
bondadosos mundos imaginados.
Quiero seguir aquí, encerrado en mí
y evitar salir allí donde todo se consume.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.