miércoles, 29 de julio de 2020

Lamento nocturno

- Lamento nocturno

¿De dónde proviene esa tristeza
que invade el alma y aún sincera
pareciera que acometiera con braveza
este pecho cual hálito siniestro, y fuera
mera falta de templanza y tibeza?

En esta noche no quisiera mas heridas,
puesto que ya agotado y harapiento
sigo soñando con futuras auroras
que resultan atropelladas por mi lamento
postrero, lanzando luces despavoridas

¿De qué huyen al cabo estas luces?
Quisiera comprenderlas, entender
la razón de tales elevadas cruces,
y sin a los altivos ángeles ofender,
abrazarlas como si fueran niños dulces

Pero todavía mi congoja, cruel osamenta
que en vez de sostenerme me aleja
de una ilusión en la realidad incierta
a un estruendo dolorido se asemeja,
aplacando la herida ya abierta

¿Por qué el sufrimiento cerca e insiste
cuando ya ha sido lanzado el clamor
que último en apariencia asiste
a tales recuerdos comenzados en furor
ígneo que abrasa al pecho que resiste?

La sangre bermeja es proferida
como si se tratase de rico caudal
cuyas estrecheces no hay quién las mida,
tanta es la tristeza que en forma gradual
desempeña la pérdida sin cesar de vida

¿Cómo podría el anochecer detenerse
haciendo de este instante suspenso
en el aire un acontecer sin irse,
y del desafuero interno un suceso
que sin devenires logra verse?

No fue así, pues el tardío amanecer
ha dado la convenida entrada, y el astro,
iluminaria gigantesca, a emerger
empieza dotando de luz este antro,
despidiendose así del lento perecer. 










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