lunes, 1 de junio de 2020

Cuatro historias contadas en verso y un sonetillo

- Lágrimas infantiles


Lloraba la niña,

en llantos se deshacía

bajo unas sábanas sucias y frías,

desesperaba a cada instante,

cada una de sus lágrimas derramadas

eran testigo de su constantes devenires sufridos.


Vino su madre, y le dijo:

"Ay, hija mía ¿Por qué me lloras?"

Y la niña desconsolada le respondió:

"Porque estás luengas mantas gélidas

 se rompieron, se partieron en dos,

 se desvanecieron, y ahora,

 ya no tengo donde depositar

 mis añoranzas y mis tristezas en tales cofradías...."


- Los auténticos amores


La moza, estaba lozana,

de aparente buen ver,

mas guardaba en su recóndito seno

una frustración amorosa,

una idealización ficticia

que ella misma decidió creer,

se dejó llevar por perfumes vanos

que en antaño, la negaron su ser.


Por suerte, este mal de muerte,

pronto ha de ser restaurado

puesto que llegó recientemente

un hombre muy ufano,

que susurraba por lo bajo con sus labios:

"¡A esa mujerona he de querer

mientras viva, salvandola de la condena

de pensar haber amado,

cuando todo fue un cebo malogrado!

Por ello yo,cargado de auténticos amores

lanzaré mi lazo a su cintura,

ciñíendola con raudas flores

y demostrándole que su primer

y único amor, residía en la espera

a mi llegada, mas como ya presente

me encuentro, tan sólo queda

sellar mi pacto en un ferviente beso"


Y desde entonces así fué,

ambos se cansaron

en una boda íntima, y jamás cesaron

de amarse como desde el primer día,

no temiendo los lances del destino

ni los desaires vespertinos,

pues hallaron en el amor

ese palpitar con premura,

nudo estomacal

plagado de mariposas,

que aún estando animado con la brisa,

nunca dejará en balde 

aquel arrebatado beso,

del cual ahora son presos y obsesos

gracias a la mutua pasión

apresada en aquel amoroso recuerdo.


- Huérfano paternal


De la mano, iba el hijo con el padre,

bien sujetado estaba

aunque de vez en cuando resbalaba,

en tanto que el chiquillo andaba,

iba canturreando ciertas coplas

que había escuchado a las lavanderas

que acudían día a día allende al río,

muy hermosas y de fina voz

le parecían todas ellas.


Mas de repente, sin saber la razón,

el padre se desvaneció en el aire,

no le sintió ni irse

como así tampoco pudo despedirse,

así el pobre niño se quedó perplejo

mientras los vientos lo zarandeaban

a doquier, erraba por cualquier senda,

pues al faltar quién fuera su guía,

el recorrido era incierto,

el destino mera fantasía 

y la llegada una vacua esperanza


Muchos años anduvo el niño,

en los cuales careció de toda compañía,

pero en cierta ocasión pudo observarse

una suerte de ilusión transfigurada

de quien era su padre,

le abrío los brazos tal y como recordaba,

corrió hacía él mientras clamaba:

"¡Padre, padrecito, por fin te encontré!

Y ahora que estás aquí,

sigamos andando, atravesando

tales vírgenes caminos,

dejemos impresas nuestras huellas

y no perdamos la vía correcta

que pudiera llevarnos al Cielo,

retornando así en una sucesión

que no se detiene, al origen"

Así dijo, mas cuando sus palabras

dieron al silencio, la figura del padre

volvió a evaporarse, tuvo que asumir

que estaría solo para siempre


- Redención campestre


Alzó la escopeta, y pegó un tiro,

el cazador se levantó

para dirigirse a la gacela recién muerta,

y pudo verse que todavia agonizaba

rodeada por un halo de sangre

que le circundaba, haciendo parecer

que tenía un par de alas ensangrentadas


Acto seguido, se llevó las manos

a su cabeza ya inclinada,

empezarón a resbalarse de las mejillas

del hombre raudas y gruesas lágrimas,

al ver tal horrendo desastre,

no pudo evitar estremecerse,

querer perecer junto a aquel animal

y poniendose el arma en la sien,

disparó y se oyó un susurro

que venía a decir:

"Dos cuerpos se quebraron,

mas un alma los unió"


- Amor amante


Sucesivos abrazos entrelazados

y lastimeros manantiales fugaces,

funden en uno los pechos amantes,

como así son pactos sus besos


que no quisieran fraguarse en pedazos,

pues ante traicioneras despedidas, tales

daños alimentan a sus fervientes sentires

con el reencuentro que les hace únicos


Salvados se encuentran en el amor,

encarnados sus espíritus sin distinción

haciendo uno sus cuerpos con ardor,


puesto que hermanados ya el dolor

insistente y la reinante pasión,

sólo les queda degustar el celestial licor




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