domingo, 3 de agosto de 2025

Amores y desengaños de un brujo inexperto

 Siempre me ha resultado extraña la fascinación que sienten la mayoría de las personas por su infancia, sobre todo por la adolescencia. Poco importa si esta fue aburrida o funesta, siempre se tiende a una idealización de la misma en tanto que se considera el mejor periodo vital en tanto que se pretexta que durante aquellos tiempos uno no tiene privaciones, puede gozar de la espontaneidad, de la virtud de la inexperiencia, y en suma, de una mayor libertad. Y aunque eso es en parte cierto, tampoco deja de serlo que durante aquellos tiempos uno está mas limitado de lo que en aparente vista podría parecer. Además, reconozco que siempre hay algo de patético en un anciano decrépito o de una vieja arrugada recordando su idilica infancia, que lo valoren por nostalgia en su justa medida me parece correcto, pero ¿De verdad hacían falta todos esos añadidos explicativos que nadie les ha pedido?

Al igual que hay una infancia y una pubertad en la vigilia también esta se da en la oniría. Curioso que todos se afanen en rememorar sus experiencias ordinarias cuando estaban "despiertos", mientras que pocos son los que recuerdan sus sueños de la juventud, siendo estos tan cálidos y afables como a las veces cruentos y pesadillescos. Sean de un tipo u de otro, bien podríamos afirmar sin temor a equivocarnos que durante aquellos años esos sueños gozan de una mayor imaginación, o en otras palabras, de una mayor potencialidad onírica. Y ante esto no tenemos derecho de apartar la vista como si fuese una nadería, al menos para mí resulta mas importante que uno explotase en sus sueños infantiles un bosque plagado de seres desconocidos que la caída del primer diente.

En este contexto, revisando los registros oníricos de diferentes personas y entidades me encontré de bruces con una serie de episodios de la infancia onírica del soldado-brujo que me resultaron cuanto menos dignas de consideración al margen de su trasunto anécdotico. Por lo visto, este acudió a una academia de brujería allá por los bosques de Uskets, que se encuentran justo en medio de una región completamente desvastada. Allí, parece ser, resulta el territorio idóneo para el aprendizaje de la magia sin contaminación con otros elementos que le son ajenos, quizás debido a este aislamiento se permite que los jovenes puedan tomarse el tiempo necesario en su adiestramiento y aprendizaje, evitando así tentaciones mundanas que les impida un avance en el conocimiento.

Sin embargo, esto no ocurrió para el soldado-brujo que durante aquellos primeros años se enamoró de una joven de rizos dorados y de ojos azulados que era puro nervio. Quizás no fuera lo suficientemente hermosa si se la observaba de cerca, mas tenía algo especial que la distinguía de los demás debido a su vivacidad e inteligencia, incluso se dice que tenía un dominio de la magia mucho mas avanzada que la del propio soldado-brujo, y que de hecho, le ayudaba a este en todos sus procesos mágicos. Ya por entonces, se notaba que el soldado-brujo tenía una marcada tendencia por la magia negra, sus hechizos violáceos y turbulentos cargados de sombras así lo atestiguaban, mas ocurría que este no era capaz de canalizarlos como debiera. Es decir, tenía un escaso control de los mismos, haciendo que su loca proliferación le dañase a sí mismo. Pero esta joven supo aconsejarle, e incluso algunas veces, dirigir sus propios hechizos para que este lograse un completo dominio de los mismos.

Pero lamentablemente, en una ocasión que ambos se dirigían a una clase que versaba sobre el vacío y su intervención tecnológica, mientras esta se colgaba como una niña pequeña en las espaldas del soldado-brujo -pues era bastante diminuta en lo que al cuerpo se refiere, mas excelsa en alma- en tanto que consultaban unas pantallas que les permitían proyectar sus toques mágicos a través de un monitor, un despiadado profesor activó el sistema de antimateria logrando que todos los alumnos fueran engullidos por un agujero negro que invitaba al vacío y a la dispersión de la materia. Todos fueron tragados por aquella negrura inmensa, a excepción del soldado-brujo que permaneció latente en el vacío, pues ocurre que hay una evidente relación entre la magia negra y la anti-materia. Son muchos los que consideran que la negación de la materia es la oscuridad perpetua según el lenguaje científico, y que en este sentido viene a ser lo mismo que las sombras invocadas por una mano diestra en hechicería.

Así, pues, el soldado-brujo durante su juventud logró aunar su poderío desbocado interno con la ausencia de elementos atómicos que le rodeaban, y por tanto no fue asumido por la negación de todas las cosas, consiguiendo incluso sobreponerse y alcanzar la plataforma donde el malvado profesor sonreía con satisfacción, le agarró por una pierna y así le lanzó hacía el vacío que él mismo había creado. No obstante, cuando se posicionó ante la máquina y la desactivó, comprobó estupefacto que por mucho que se hiciera, aquellos que habían sido engullidos por el vacío ya no regresarían, y que por tanto, su primer amor nunca volvería a depositar sus esperanzas sobre él. Por mucho que consultó a todos los técnicos y expertos en torno al mecanismo generador de particulas, todos le vinieron a decir lo mismo, es decir que su sabia amada jamás regresaría a la instancia material de los sueños.

Aquello le desalentó terriblemente, produciendo en él una suerte de resentimiento hacía la sociedad que nada podría curar, de hecho muchos han atestiguado que su tendencia hacía el aislamiento y la soledad proviene de aquel primer trágico recuerdo. Sin embargo, a pesar o quizás precisamente debido a esta amarga experiencia, desde entonces el soldado-brujo se aplicó sobremanera en las materias, demostrando un claro dominio de las mismas cual si el espíritu de aquel que fue su ángel siguiera habitando en su interior dotándole de la capacidad del empeño en el aprendizaje. Muy pronto logró estar muchísimo mas avanzado en el estudio y en la práctica de la magia que todos sus compañeros, logrando incluso que muchos de sus profesores se sintieran muy por debajo de su poder, atemorizados de hecho ante esa bruma sombría que le rodeaba como si hubiera sido invocada por mil demonios.

Se cuenta que durante la que iba a ser su primera sesión de levitación y de vuelo vital, cuando el profesor aún no había acudido a su clase, los alumnos se pusieron a ensayar sin todavía haber recibido lección seria alguna. Obviamente, la mayoría de ellos no consiguieron mantenerse en el aire ni durante unos instantes, a excepción del soldado-brujo que ya sobrevolaba cual si fuera tan ligero como una pluma. Cuando entró el susodicho profesor, le encontró de este talante, desplazándose en el aire mientras acompañaba sus ligeros movimientos con una risa que muchos calificaron de demente. Herido en su orgullo, este le retó a que le enseñase sus habilidades, y el soldado-brujo así lo hizo todo ufano, elevándose por los aires cual si fuera un pájaro sombrío desatado. Desde las alturas muchos de los que le contemplaron atónitos atestigüaron que parecía un cuervo extraviado, riéndose para sus adentros de ser un rezagado, como si perderse en su poderío resultase una ventaja.

Y este es sólo un ejemplo, pues siguió progresando a un ritmo exorbitado en el resto de materias y cursos, lo que a la larga paradójicamente le produjo desaliento y hastío. Consideraba que la academia de magia estaba corrupta, que les encerraban a soñarla todas las noches incluso contra su voluntad, en tanto que muchos de sus profesores y sobre todo el director, estaban corruptos y que perseguían algo mas que una enseñanza incondicional, sino que mas bien les estaban reteniendo para controlar el mundo onírico de rivales descarriados en el ejercicio de la magia. Esto hizo que el soldado-brujo planease fugarse en compañía de dos acólitos, uno llamado Ravel que era experto en electromágnetica mágica y Crus que lo era en armas biológicas a través de hechizos aplicados en plantas cárnivoras.

Como cada uno de los planes de este personaje, lo llevó a efecto tal y como lo pensó en un primer momento, asesinaron sin piedad a los guardían que custodiaban la salida de la academia, y se lanzaron volando más allá de los derroterros frondosos del bosque. A partir de entonces, muchos fueron los intentos por capturarlos ya no para llevarles de vuelta lo cual era irreversible, mas sí para apresarlos en unas cárceles de máxima seguridad que se encontraban en las lindes del mundo onírico, mucho mas allá de los diversos poligonos industriales que se encontraban en las fronteras. Mas por mucho que fuera el esfuerzo, no lo consiguieron, pues todo guardia o espía que les enviaran, era aniquilado de una forma cuanto menos cruenta puesto que disfrutaban con la tortura y el derramamiento de sangre, no les bastaba con el detenerlos o el acabar con ellos, buscaban el reducirlos con la máxima violencia hasta que el dolor daba paso a una agonía que se alargaba mucho más allá de lo normal.

En una de estas escaramuzas sangrientas, les enviaron a un experto en magia blanca ofensiva, ya que consideraron que sólo una luz lo suficientemente refulgente para aplacar el exceso de oscuridad lograría abatirles, pero las expectativas estaban mucho mas lejanas de la realidad de lo que pensaban. Y si bien es cierto que logró acabar con Crus, esto sólo consiguió enfurecer todavía más a los otros dos, que lucharon con un frenesí enfermo logrando finalmente su objetivo. Al igual que en casos precedentes, torturaron con increíble maliciencia todavía mayor si cabe por el asesinato de su compañero al enviado de la luz, desgarrando sus miembros con frenesí y convirtiendo un cuerpo humano en un amasijo de carne indistingible de la carne troceada de un cerdo, para después pasar a atender al cadáver de su compañero con la desesperación de un doliente de amor. El soldado-brujo se agachó, lo acogió en sus brazos y lanzó un grito al cielo contenando a la humanidad por la opresión que ejercían frente a todo elemento disidente que buscaba escapar a toda costa del mecanicismo que adornaba el sistema actual. En tanto que maldecía derramó una serie de lágrimas que se mezclaron con la sangre de su fallecido compañero, y tras un duelo que se distendió una serie de horas, se levantó y prosiguió su huida indeterminada en compañía de Ravel.

Desde entonces, continuaron huyendo no se sabe cuantos años. Finalmente, los dirigentes de la academia y los líderes de los diferentes sistemas gubernamentales desistieron de cazarles, ya que lo dieron por imposible. No se sabe a ciencia cierta cuando ni por qué, pero llegó un momento que los caminos del soldado-brujo y de Ravel se separaron, mas tampoco se sabe del paradero de este último mientras que sí al menos de forma puntual del soldado-brujo que hace su aparición por el mundo de los sueños cuando le place. Sin embargo, hay quién dice que Ravel murió para el mundo vigil, y que su magia en el onírico se distendió tanto que terminó por renunciar a ella para otorgarsela como un presente al soldado-brujo, que la aceptó agradecido por tal muestra de amistad. Aunque esto tampoco se puede asegurar con total certeza, debido a que nunca se ha visto al soldado-brujo hacer uso de magia de tipo biológica, pese a que sí en lo que se refiere a la manipulación y a la invocación de diferentes elementos materiales, y sobre todo, naturales.

El episodio más próximo a la huida a través del bosque y del desierto que le sirve de frontera del que se ha tenido noticia en relación al soldado-brujo es la aparición de este a la zona costera, en una extraña reconciliación con otro amor del pasado, antes de su dominio de la magia negra y de la hechicería oscura. Por lo visto, el soldado-brujo había logrado encandilar a aquella mujer con buena retórica y convicción, logrando que esta cayese a sus brazos del mismo modo a como lo hizo en el pasado. Mas, como toda buena seducción, basada en gran parte si no bien del todo en la mentira, si en la omisión de cierta información que quizás hiciera que esta cambiase de opinión en el caso de saberse. Como por ejemplo, el hecho mismo de que este dominase una magia oscura y virulenta que tantas muertes había ocasionado, y que de hecho fue el motor principal para lograr la recuperación del amor perdido.

Ocurió por aquellos tiempos que un detective de la zona estaba investigando las diferentes causas relacionadas con el soldado-brujo, mas este fue más inteligente en su modus operandi puesto que le atacó directamente, sino que le estuvo investigando desde las sombras, en unas oficinas privadas y que el creía desconocidas para este. Le espiaba e investigaba a la distancia, recopilando información para una vez acumulada toda ella, sacarla de un golpe y que todos supieran la verdad sobre la naturaleza de este criminal en sus propias palabras. Pero, a pesar de la inteligencia de este plan, de poco le sirvió ya que el soldado-brujo era conocedor de todo esto desde el principio, y cuando supo de la ubicación exacta de las oficinas que estaban atestadas de información relacionada con él, alzó los brazos con frenesí declarando en una especie de canción condenada: "Siprés nith nith utah luzh, rig dem utah utah morstang" Lo que provocó la aparición de la más negra de las tormentas, oscureciendo el cielo cual si fuera de noche, e invocándo unos relampagos entre azulados y morados que penetraron en el interior del edificio, y logrando con ello que todos los papeles que allí se conservaran fueran pasto de las llamas violáceas que hizo de lo que era puro un cúmulo de cenizas negruzcas.

Una vez que hubo acabado con los planes del detective, se cuenta que fue a la playa con su amada recuperada, y agarrándose mutuamente de las manos, y acompañados por una sonrisa de satisfacción, contemplaron el atardecer como un presagio de la humanidad futura. Y en tanto que así estaban en un aparente silencio, la mente de su amada no dejaba de pensar y de recorrer en los recovecos de su cabeza aquellas cuestiones incómodas que a veces obsesionan al avanzado intelecto de las mujeres. Entonces, su sonrisa comenzó a disiparse poco a poco, y cuando lo que eran unos labios sonrientes dieron paso a una mueca de perplejidad miró en dirección al soldado-brujo con los ojos muy abiertos, preguntando sin necesidad de sonidos articulados. Este, que adivinó el trasfondo de su debate callado le dijo: "Quizás no pueda amarte del mismo modo a como amaría a otras mujeres, o puede que tampoco lo haga del mismo modo a como te amé a ti misma en el pasado, mas lo que tengo seguro es que lo haré de acuerdo a los latidos de mi corazón en este momento. Sólo esto puedo asegurarte" Obviamente, aquella respuesta no satisfacció las inquietudes de la mujer, mas pensó que dar rienda suelta a un debate en torno al amor resultaba vacuo, y se limitó a desplazar su mirada al frente.

Cada vez era más de noche, y sólo los mas profanos saben lo que ocurre cuando las sombras circundan a los amantes, todo lo que pueda decir al respecto sería el revelar un secreto a voces que es mejor que permanezca en el misterio. Únicamente diré en torno a aquella noche que las estrellas refulgieron como nunca, y que la luna estaba más hermosa que una princesa de cuento, y que incluso la brisa se animó a un sensual baile que desplazó las ramas de los oscurecidos arboles dotándoles de cierta alegría. Y así como en el mundo vigil la noche es una invitación tanto al desenfreno como al descanso, en el onírico es el comienzo del fin, o si se quiere, el fin del comienzo.

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