- Pasan las horas
en esta noche brumosa.
Una urraca se posa en la ventana.
- Cierro los ojos.
Escucho el respirar y el latir vital,
y veo implícito el final.
- Se me cae el alma al suelo
cada vez que veo pobredumbre.
Se alza al mirar la luna.
- Ando en total soledad
sobre el pavimento mojado.
Bancos de niebla.
- Parece ser que la tristeza
no ha tardado en presentarse.
Recuerdo a mi abuelo.
- Me desparramo sobre un montón
de mantas desperdigadas,
e imagino que son mi tumba.
- Tumbado sobre la cama,
miro hacía la nada.
Estoy enfermo.
- Abundante rocío
sobre mi sucia camisa.
Lágrimas nocturnas.
- Mi respiración sonando,
y como respuesta,
el silencio.
- Ausencia de sensaciones,
carencia de impresiones.
Todo es oscuridad
- Camino con vaho colgante
de mis labios balbucientes.
Blanca escarcha.
- Fuera, hace frío.
Dentro, demasiado calor.
Solo yo.
- Ante los recuerdos, remordimientos.
Frente al presente, tristeza.
Lucha interna.
- La noche tan silenciosa
como callada la luna,
sólo canta mi corazón.
- Dolores en el estómago
y la melancolía reiterativa.
Ya es año nuevo.
- Enciendo mi ducado
mientras cae la llovizna.
Humo mojado.
- Un poco ebrio
camino por los senderos
de la muerte y los sueños.
- Vaho claro ascendente,
mirada sombría descendente.
Fría madrugada.
- Vigilado, aunque complacido
desde la oscuridad.
Un ente invisible.
- Ecos de pasos
en los oscuros pasillos:
fantasmas conmigo.
- Los párpados pesados,
los brazos petrificados:
Una sombra.
- Sea noche o día,
mil flechas atraviesan
nuestros cuerpos.
- Comienzo con fuerza,
mas según pasa el tiempo
voy decreciendo.
- Brumosos pensamientos
regentan la mente.
Ahora todo es oscuro.
- Recuerdos ahora presentes
cuando el paisaje
los convierte.
- Entre los libros
diferentes fantasías
me dan otra vida.
- En el largo pasillo
da igual donde se mire,
sólo es oscuridad.
- Estando ciego
no distingo la noche del día.
Tinieblas en mi mente.
- Dirijo mi mirada
hacía mi pecho descubierto:
vacío y quietud.
- La arena iluminada
por los últimos replandores,
y yo, en la quebrada.
- Otra vez enfermo.
Contemplo con impotencia
el enturbiado pasillo.
- Repiquetea la lluvia
en el tejado metálico.
Auspicios melancólicos.
- Cansado, me deslizo
por el mundo
cual hoja olvidada.
- El paseo de noche,
en silencio, incierto.
En mis sueños, resuelto.
- Demasiado ruido
para escuchar la callada
melodía del silencio.
- Dices muchas palabras.
Ojalá callases
para entender su ausencia.
- Ráfagas en el cielo.
Son el sutil reflejo
de mi paisaje interno.
- Ya pronto anochece
sin una sola voz.
Estoy cansado.
- Un suspense en el aire.
El murciélago se retrasa
en su vuelo nocturno.
- Quisiera ser ligero
cual bolsa vacía
desperdigada por el mar.
- Un puzzle sin resolver,
una rueda que gira y gira.
Tengo la cabeza espesa.
- Cierran puertas, ventanas,
ojos y algunas bocas.
Soy yo mismo.
- La noche es una manta
y la luna la nana.
Estoy en mi hogar.
- Campos desiertos
que no conocen fin.
Horizonte de solitarios.
- Hierbas secas, abrojos
y un pájado desperdigado.
Tribulaciones en el paisaje.
- Contemplo las calles
fumando mi ducado al sol.
Estoy borracho.
- Bastante dolido emprendo
el mismo camino de regreso.
Las sombras me cobijan.
- Cuando la noche aparece
y todo se oscurece
siento consuelo.
- Ojos expectantes
y vaho en los corazones.
Ha llegado la nieve.
- Manos y pisadas estampadas
sobre la nieve acumulada.
Un sello efímero.
- Mirando al vacío
me siento desconcertado.
Debería vivir en el.
- Luminarias pasajeras
se desparraman en la carretera.
Gentes que se despiden.
- Con cada paso,
algo muere y nace.
Mi reflejo se deshace.
- Por donde me muevo:
Una sombra.
Quieto, ya nada.
- Luna velada por sendas
de nubes y de sombras.
Un demonio complacido.
- Es en el silencio,
aún el incómodo
donde más siento al yo.
- Escucho el susurrar
de la lluvia incipiente
hasta desde mi interior colmarme.
- El chillido estridente
del paso de los trenes
es la redención de las ciudades.
- Bebo cerveza y fumo ducados
en esta madrugada anodina.
Adíos a la tristeza.
- Sepulto mis ojos: la noche.
Los abro, y sigue siendo
la misma noche.
- En mis sueños, una sombra.
Indago mirando la luna,
y sé que soy yo mismo.
- Nada que hacer,
nada que decir.
Vivir cual muerto.
- Lo que veo ante mí
es tan irreal e inconsistente
como su misma idea.
- Temblores repentinos
y ese picor en el cuello...
La huella del vampiro
- Tanto silencio,
aquel grito ahogado...
Es la noche.
- A mis ojos nada llega,
pero en mis oídos
percibo susurros.
- Un viento violento
está caprichoso.
Quiere decirme algo.
- Otra vez de vuelta
al acostumbrado hogar.
Siento añoranza.
- Los días se deslizan
siempre con idéntico orden.
Preso de la rutina.
- Al recordar la pasada
felicidad, estremecimiento.
Pugna del interior.
- El agua de la lluvia
cae sin perdonar
allí donde se posa.
- Lejos del tráfago mundano
sólo aspiro a la soledad
y al silencioso descanso.
- Demasiadas voces, muchos ruidos.
Quiero alejarme allí
donde callado anochece.
- Desalentado, yo lanzo
una colilla de ducado
a la acera solitaria.
- Gentes que pasan
sin advertir ni por asomo
que sus vidas son nada.
- El viento que nos rodea
hace por un momento
que el yo sea un todos.
- Día primaveral caluroso.
Sólo espero la brisa
que me alivie.
- Leyendo poemas
sobre la hierba a dos voces.
Instantes como versos.
- Pinchazos en la cabeza,
vista cargada de neblina.
Es hora de descansar.
- Se predispone la mente
a vislumbrar aquello
por lo que no estoy preparado.
- Cantos lejanos
en la primaveral noche.
Pájaros en celo.
- El paisaje detenido
en perpetua quietud.
Una rosa muy sola.
- Una lucha en el cielo
por la pervivencia
de una sola hoja vieja.
- Demasiado dolor
durante el aciago día.
Descanso en la noche.
- Se agitan las ramas
en el turbulento sol.
La luna las alivia.
- Mirando a las gentes
siento distancia y cercanía
como un ave a su presa.
- Fumando y andando
pasa raudo el tiempo,
ajeno a mis cavilaciones.
- Escucho los ronquidos
de mi perro desde lejos.
Sueña como vive.
- Se ha escapado
una estrella esta noche
¿Quién la encontrará?
- Después de haber leído
sostengo el libro
y medito sobre la verdad.
- Veo los mismos rostros
y siento idénticos vacíos.
Esa es la humanidad.
- Deslizan las gentes,
mutan los paisajes.
Soy un vagabundo.
- El olor de la almohada
recíen lavada me reconforta.
Campo de flores.
- Al vivir soñamos la vida,
y al morir despertamos.
El gran misterio.
- Las ilusiones dispersas
cobrarán su sentido unívoco
cuando se cierren las persianas.
- Silencio a la mañana,
silencio del silencio
en las noches lejanas.
- No se escucha nada,
no se ve nada.
He llegado.
- Nos perdemos
en los sederos
y reconocemos el destino.
- Si al dormir
no despertase mañana
sería una liberación.
- Un encuentro inesperado
llama al recuerdo pasado
y a su redención.
- Es la noche
la que me enseña
que hay otro cielo.
- Cierro los ojos.
Un mundo nuevo
se nos impone.
- Para desterrar las sombras
de la mundanal ignorancia
acude al interior.
- Hay luz tras el velo
que supone el destierro.
Ahí me encontré.
- No mires, no digas,
evita escuchar en demasía.
El saber en silencio palpita.
- Hay más esperanza
en la vela que se apaga
que en la lámpara encendida.
- Aún entristecido
me muestro alegre
cuando acude la luna.
- Silencio del silencio,
entender no entendiendo.
Un enigma.