domingo, 24 de julio de 2022

Encuentro con el rey de los vampiros

 El otro día, tuve un sueño curioso. Tan curioso que me dejó impresionado. Por eso, dejaré aquí las vagas impresiones que me quedaron de aquel efluvio onírico:

"Parecía que me habían contratado en una especie de agencia secreta que tenía por misión el velar por la humanidad. Para entrar en ella, tuve que pasar una serie de pruebas que ya no recuerdo. Sólo recuerdo con relativa nitidez que se trataba de un inmenso edificio bastante largo que contaba con innúmerables pasillos, de los que a su vez, tenían centenares de sus habitaciones en sus interiores. En una de esas habitaciones, bajando por unas escaleras que daban a un sótano que se encontraba adornado por unas telas cargadas de arabescos, era la sala secreta a la que pude acceder cuando me contrataron. Estaba toda cargada de madera, con algunos muebles en desuso de los cuales destacaba un sofá rojo y alargado que se encontraba cargado por encima con telas blanquecinas. Esta pequeña sala daba a su vez acceso a una puerta de madera de arce, que permitía dar entrada a un pasillo secreto.

Me dijeron que se me encomendaba una misión especial que estaba precisamente en relación con aquel pasillo. Por lo visto, aquel lugar sellado se trataba mas bien de un enorme muro que comprendía de una serie de puertas que daban entrada a lo que serían varias cárceles en sucesión. Todo aquello era bastante extraño, no sólo la disposición del lugar, sino también aquello que se me encomendaba. A pesar de todo, yo actuaba como si supiera lo que debía hacer. Andaba con decisión sobre las piedras que comprendía aquella gigantesca galería como si lo conociera de toda la vida, y miraba al rededor cual si aquellas estravagantes vistas fueran la rutina del día a día.

Entonces, entré junto a otros tres agentes a una de esas cárceles. Y me encontré con un vampiro bastante agresivo que revoloteaba por la celda como si estuviera desquiciado. Intenté calmarle. Pero todo fue en vano por el nerviosismo que connotaban el resto de los agentes. Lo que dió como resultado que el vampiro en cuestión se enfadase mucho, y comenzase a dar golpes a las paredes con estridencia. Rápidamente me explicaron que los vampiros que vivían al otro lado del muro intentaban entrar al mundo de los humanos, y que por eso se estaban revelando contra las cárceles que estos les imponían.

- Esto no puede seguir así -les dije- Dejarme ver al rey de los vampiros. Quiero hablar con él.

- Comprendido -me respondieron, inclinando la cabeza en señal de aprobación-

Así, nos internamos nuevamente en aquel pasillo y nos dirigimos al final del mismo. Esta puerta era mucho mas grande en comparación con la otra. Y nada más entrar, nos sumergimos en una piscina poco profunda. Allí estaban unas mujeres desnudas que parecían unas ninfas, con poco pecho y más bien tirando a delgadas. Serían unas cinco, o así. La mayoría de ellas tenían una tez oscura, a excepción de dos porque una era muy clara y pelirroja, y la otra casi albina. Pensé que se tratarían de las concubinas del rey de los vampiros. Decidí dirigirme a la que estaba en el centro por considerarla la líder de las otras cuatro al llevar un ancho collar dorado, y la dije que avisara a su rey porque quería hablar con él. Sus ojos negros se clavaron en los míos, y asintiendo, sacó una vara muy larga de debajo del agua y dió dos fuertes golpes que hicieron retumbar toda la plataforma.

Aquello provocó un remolido en el agua, y el agitarse del cielo cual si se acercase una tormenta que producía ecos y estruendos. Y entonces, una luz atravesó el cielo y se posó en el interior del remolino. De el apareció una figura dorada que iba haciendose cada vez más nítida. Cuando ya pudo distinguirse sin problemas, ví que el rey de los vampiros se trataba de un africano que lucía una armadura de oro y una corona del mismo tipo adornada por diamantes y piedras preciosas. Me miró fijamente, al igual que lo había hecho su concubina principal de tez cobriza, y se hicieron unos instantes de silencio.

- ¿Y quién eres tú? - me preguntó con una voz muy grave

- Soy un vampiro procedente del mundo de los humanos. Soy como tú. Pero menos poderoso - le respondí vacilante, enseñandole mis colmillos de vampiro con mas decisión que las que connotaban mis palabras

- Hum...

Estaba a punto de decir algo. Mas, en ese momento, uno de los agentes se abalanzó contra él y le arrestó llevandole al interior de la galería que habíamos pasado para entrar allí. Entonces, se armó un alboroto y se escucharon gritos. El único inteligible fue el de un hombre que alertaba de que los vampiros se habían sublevado. Se pudo oír también una señal de alarma, junto a unas luces rojas que alertaban de la gravedad de la situación.

También en la sala en la que estabamos, la situación se volvió una locura. Los agentes forcejearon contra las concubinas vampiras. Incluso, uno de ellos, desnudandose intentó violar a una de ellas. Esta, haciendose pasar en un momento por indefensa y complaciente, le arrancó el miembro de un tajo, provocando que bastante sangre se dispersara por el interior de la piscina. Yo, que no sabía qué hacer en un principio, al ver la situación tomé una decisión. Eran los vampiros los que estaban realmente reprimidos por culpa de los humanos. Además de que yo mismo empaticé con ellos al ser también un vampiro. Así que aparté a los agentes para que las concubinas se alimentasen de su sangre, y me abalancé al abismo que daba entrada al mundo de los vampiros.

Pude sobrevolar sus tierras, identificandome como uno de ellos. Mientras volaba por encima, pude ver familias de vampiros, entre los que había ancianos y mujeres maduras vampirescas. Todos ellos estaban demacrados, hasta el punto de que algunos de ellos tenían sus rostros deformados. Vivían en la servidumbre dentro de territorios completamente salvajes que jamás habían sido modificados por el hombre, con pequeñas excepciones. Todo eran bosques y campos verdosos que hubieran sido completamente desiertos si no fuera por algunos vampiros que vestían con arapos que caminaban dispersos por estos parajes. También había algún que otro río del que no se sabía a ciencia cierta por dónde comenzaba ni mucho menos si finalizaba.

En tanto que iba saltando por las copas de cedros y de sauces, e incluso sobre el tejado de alguna destartalada cabaña con techo de paja, pensé en que debía reunirme con la reina de los vampiros para informarle acerca de la situación. Agudizando mi mirada, pude vislumbrar una zona que a pesar de hallarse tan oscura que parecía que sólo era de noche ahí, se encontraba iluminada por unos rayos de amarillenta luz lunar decorada por polvos dorados. No sé por qué. Pero intuí que allí era a donde debía dirigirme. Esperanzado y con ilusión, así lo hice emocionado impulsándome entre las ramas que me permitían avanzar..."

Desconozco la razón por la cual este sueño me conmocionó tanto. Quizás fuera por la nitidez de todos los detalles que lo componían estéticamente, o porque pueda que tenga un significado oculto que no he logrado adivinar. El caso es que lo conté bastante entusiasmado a todos mis seres queridos sin entrar en detalles. Pero pensé que eso no era suficiente para un sueño que se ha quedado impreso en mi corazón por razones desconocidas. Así que decidí dejar escrito por aquí lo que recordaba para que no se me olvidase. Y ya de paso, para que en cierta medida quedase grabado para la posteridad. O, al menos, para que un lector tan desdichado como yo, lo leyese y le diera rienda suelta a su imaginación.

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