sábado, 4 de enero de 2025

El juego del rap

                           En memoria de Biggie y Tupac.




En el barrio siempre amanecía temprano. Entre algunas nubes dispersas asomaba un sol neblinoso, a la par que la sucesión de papeles, cigarrillos y envoltorios se iban desplazando poco a poco debido a una leve brisa que comenzaba a predominar y que lo barría todo. También podrían verse desde las ventanas más altas de los chalets a los primeros traseúntes que iban de un lado para otro, y que no eran lo que solía entenderse como currantes, sino más bien mendigos y otros personajes anarquícos que iban a rapiñar lo que podían antes de situarse nuevamente en una cola del paro que día tras día iba incrementándose sin detenerse.

Antes de que nadie entre los ciudadanos con un sueldo base comenzará a desperezarse, nuestro protagonista estaba despierto debido a que se había pasado la noche dándole vueltas a su vida. Ahora estaba asomado a la ventana contemplando como la existencia de su barrio transcurría, pero pocas horas antes estaba componiendo letras, las cuales se acumulaban sin cesar entre los cajones de su escritorio. No formaban un cuaderno o una sucesión de los mismos, sino más bien se amontonaban todas sueltas, la mayoría de ellas hablaban acerca de sus vicisitudes vitales como también acerca de los problemas que acaecían en su barrio, a la par que ofrecía una critica a los indiferentes que cerraban los ojos ante la situación de los empobrecidos. Todo ello lo vertía gracias a un boligrafo desgastado, y lo pasaba a una hoja de papel carcomida por los bordes y plagada por las húmedades. Escribía con frenesí, su cabeza completamente inclinada sobre el papel, el puño apretando con firmeza el boligrafo y sus pensamientos navegando la inspiración.

Pese a que no era un chico muy social, sabía conectar con los sentires de sus semejantes, como también gracias a su timidez tenía gran capacidad de introspección y una tendencia innata hacía la metáfora. No le gustaba acudir al instituto, mas por otro lado reconocía que su presencia ahí le fue suficiente para darse cuenta de muchos problemas que empobrecían nuestra sociedad, y que tenía al sistema como núcleo problemática. También en las clases permanecía ensimismado, con una hoja de papel en el pupitre vertiendo sus pensamientos e impresiones, dando rienda suelta a su critica hacía un lugar tan inmundo. Alguna vez sus profesores le pillaron y le habían reprendido, al principio leían la "nota" al resto de sus compañeros, mas al darse cuenta que al hacerlo sólo recibía aplausos y vituperios de sus compañeros escandalizando a la clase, llegó el momento que dejaron de hacerlo y se limitaron a tirar el papel a la basura. Cuando el timbre sonaba y salía escapotado de la clase, este se agachaba y lo recogía antes de salir presuroso para guardarlo entre sus cajones.

Un día, durante el recreo, algunos pequeños grupos formaban un circulo donde en vez de resolver los asuntos cotidianos de un instituto con los puños, lo hacían mediante raps al estilo libre. Ese era el momento de euforia de nuestro protagonista, pues siempre estaba deseoso de entrar para demostrarles con todavía más autoridad que en las clases su innato don con las rimas improvisadas. Nunca había tenido suerte en que le dejaran entrar debido a que aquellos compañeros eran mayores en comparación a el, pero ese día por un azar cuasi-divino pudo entrar y enfrentarse a un chico cinco años mayor que él. Por disciplencia, le dejaron empezar, y ya desde las primeras rimas, le dejó fulminado hasta el punto que se quedó helado, incapaz de dar comienzo a su parte.

Recibió grandes elogios cargados de ritmicos aplausos acompañados por las más sonoras carcajadas, y esto le dió la fortaleza que necesitaba. A partir de entonces, comenzó a ahorrar sus pagas y evitó gastarlas en CDs de rap, para así hacerlo en un microfono que conectó a su ordenador portatil, el cual en cuanto consiguió usó con frenesí. Buscando algunas bases y samples por internet, y acompañandolos con la candencia de sus rimas y de su propia autobiografía narrada en forma de rap, consiguió grabar unas quince pistas, de las cuales diez de ellas escogió para hacer su primer EP, que subió gratuitamente por internet a la par que comenzó a enviar a diferentes discográficas que podrían estar interesadas en susodicho género.

Tuvo gran éxito a través de internet, pero ninguna discográfica respondió a ninguno de todos sus innúmeros correos. Debido a tal tesitura, decidió empezar desde el principio, escribió más letras, con un programa gratuito desarrolló sus propias bases, y en suma, formó un nuevo EP que volvió a subir en línea, y que únicamente envió a cinco de las discográficas que la primera vez había enviado. Así, a las semanas, recibió la primera respuesta de una de ellas, la cual le dijo que intuía que tenía talento, pero que especialmente les había interesado dos de los temas de su segundo EP. El primero versaba en torno a sí mismo, un chico que iba a acabar pronto el instituto, y que pese a su juventud sólo le quedaban recuerdos de su infancia pero no esperanzas, y el segundo trataba acerca de una mujer que debido a su belleza no es apreciada por otras de sus cualidades, y que se ve obligada a ejercer la prostitución para sobrevivir.

El caso es que de ese correo a cuatro días después, tenía el que iba a ser su primer contrato discográfico. Por insistencia del propio sello, tenía que cambiarse su propio seudónimo por otro, tras meditarlo mucho optó por MC Call None, y como pareció cuajar en los planes empresariales de la discográfica le dieron su visto bueno. A partir de entonces, le llevaron al que sería su estudio para grabar ya un álbum como Dios manda, con bases originales y profesionales, un sonido impecable y unos coros en los estribillos acompañados por las armoniosas voces de grandes cantantes contratados por la discografía. Y finalmente tras unos meses y mucho esfuerzo y dedicación, incluyendo el par de temas que llamaron la atención del anterior trabajo, se terminó de grabar el que sería su primer álbum serio, el cual dicho sea de paso tuvo un gran éxito e impacto comercial.

Desde entonces, todo cambió. Ya no habitaba en el destartalado chalet de sus padres en un barrio olvidado por los servicios comunitarios, sino que se compró su propia casa, mucho mas grande y en una zona bastante más limpia. Sus nuevas letras las escribía con la ayuda de una pluma que mojaba en una ennegrecida tinta y que estampaba entre las hojas de un amplio cuaderno, y ya tampoco tenía que pasar las madrugadas escribiendo debido a una inspiración desatada, sino que le bastaba con dedicar un rato de cada tarde a susodicha tarea, atrayendo a las hermosas musas a su regazo cuando a este le apetecía. Sólo tenía que chascar los dedos y silbar un poco para que estas acudieran presurosas a su lado, reduciendo la sensación de soledan y plegándole de suculentas caricias que se resolvían en exquisitas y calmadas ritmas que se balanceaban de acuerdo a una instrumental melodiosa cual el acunarse de un recíen nacido.

A raíz de la fama que comenzó ganar y al incrementarse de sus ingresos mensuales, hubo quíen decía que se había olvidado del barrio, mas de modo alguno fue así. Este, encapuchado para no ser reconocido con un porro en sus labios lo seguía recorriendo, a la par que lo guardaba en su corazón como a la más hermosa de sus musas. Era su inspiración principal, y aunque se había mudado y mejorado la calidad de su vida, le estaba agradecido debido a que reconocía que toda su fama y sus bienes provenían del mismo, como también de las desdichas que tanto él como sus habitantes le habían otorgado la cadencia y la crudeza ritmica que necesitaba para componer. Y esto, aunque solía mencionarlo en conciertos, entrevistas y entre botellas en fiestas privadas, nunca llegó a creerse por parte de sus enemigos, que consideraban que había robado la pira ignea de los marginados y la había conducido a su inmensa mansión, entre mujeres, champán y habanos para seguir enriqueciendose a costa de sus sufrimientos.

Él, que era consciente de estas infundadas habladurías, continuó con su trayectoria como si nada, no les daba importancia y ahora menos que estaba en proceso de la grabación de su segundo disco, como también recién casado y con su mujer embarazada. Cada vez que lo pensaba, se sorprendía a sí mismo contemplándose frente al espejo e indagando en la que era su vida actual, de un chaval marginado e ignorado sin aparente futuro, se había convertido en un rapero de éxito, viviendo en una inmensa casa, en vías de ser un empresario padre de familia y colmado de cada bien material que se le antojase.


Sin embargo, sentía que le faltaba algo, que una figura oscura se situaba a su espaldas cuando contemplaba su rostro después de afeitarse en el baño, con algunos pelos aún dispersos por su semblante, presentía unos oscuros brazos que lo cercaban y oprimían con una inusitada fuerza, mas él con la vida lumínica que habitaba en su interior, lo apartaba de sí y se concentraba en aquellas cosas que tenían mucho más valor que todos los lujos con los que ahora contaba, lo cual era su familia y la carrera musical que todavía estaba en desarrollo. También, algunas noches tenía pesadillas con aquella sombra que lo cercaba y le oprimía el respirar, mas al despertar le quitaba importancia, como algo que pertenecía al mundo de los sueños pero que de ningún modo al real, de ahí que continuase su rutina como si tal cosa.

Todo ello fue así hasta una noche en la que tenía que acudir a una gala debido a unos premios en los que le habían nominado, pues en tanto que atravesaba la amplia alfombra roja, una botella de cristal vino a impactar justo en una de sus sienes, lo cual le produjo un desmayo instántaneo. Pese a que se recuperó de aquello sin fracturas ni secuelas aparentes, nada volvió a ser lo mismo desde entonces puesto que desarrolló una inseguridad congénita. Se encerraba a cal y canto en su casa, permanecía rodeado de guardaespaldas siempre que salía para grabar en el estudio, y cada noche recorría su amplia mansión de cabo a rabo con temor de que algo no estuviera como siempre y que alguien se hubiera colado para atemorizarle. Le costaba dormir por las noches, y durante el día permanecía tremendamente agotado debido a la falta de sueño, de ahí que retomase su escritura durante la madrugada como en sus comienzos, a la par que en la vigilia diurna rapease con una lentitud candeciosa, pero que añadía una curiosa sonoridad vocal a las canciones, lo cual agradó obviamente a los productores puesto que suponía un cambio que advertían que sería bien recibido entre los fans.

Era evidente que algo en su estilo cambió, debido claro a está a que su modo de vivir también lo hizo. Su rap se tornó quizás algo mas oscuro, a la par que paradójicamente más calmado, lo que dió como resultado que pese a que la fecha de estreno del álbum se retrasase, este al salir provocase un éxito inmediato que fue aplaudido por todos. Mas, no nos adelantemos a los acontecimientos, puesto que justo cuando hubo acabado la grabación de todos los temas en una tarde que ya se estaba volcando en la noche, feliz como nunca desde hace mucho tiempo tanto por haber terminado el que sabía que iba a ser su mejor álbum hasta la fecha a la par que según los médicos sería padre al mes siguiente, no cabía en sí del gozo y la dicha.

Por unos instantes, parecía que la sombra de la sospecha que le acompañaba se había distanciado, y que a pesar de la oscuridad reinante en las calles a la salida del estudio, la vida volvía a dedicarle una agradable e incondicional sonrisa. Así que sin pensarselo dos veces decidió salir a celebrar su alegría y su próximo triunfo con algunos miembros del estudio y viejos amigos del barrio, todo ufano y orgulloso respecto a lo que había logrado. Pero, justo a la salida del garrito, cuando quiso tomar un poco de aire y esparcirse con la ayuda de un cigarrillo, en el momento en el que inhalaba el humo y expulsaba por boca y naríz su suculenta ambrosía, recibió una serie de violentos impactos metálicos que le recorrieron pecho, corazón, estomago y vientre provocando que se derrumbase en el suelo rodeado por un inmenso charco de sangre que profería de todas las aperturas que le surcaban el cuerpo.

Cuando sus amigos y compañeros salieron escapotados del lugar, y los dueños del local llamaron a emergencias ya era demasiado tarde, los operarios de la ambulancia sólo pudieron notificar la fecha de la muerte. Nunca se supo quién cercenó una exitosa vida a cambio de un montón de sangre coagulada que iba a ser absorbida por la tierra, mas el que os cuenta este relato vió al asesino huir tras cometer tal injusta acción. Se trataba de aquel compañero al que se enfrentó en la que sería su primera batalla de gallos, la cual de una manera directa o indirecta, implicita o explicita, le catapultó a los albores dorados del mundo del rap. También fue el primero que infundió los rumores acerca de que se había vendido redactando sus cruentas críticas en un blog de internet que terminó plagandose de gran cantidad de detractores, uno de los cuales en el colmo de la iracundia le lanzó aquella botella en la sien.

No obstante, a pesar de su muerte fáctica y física, es decir material, hay algo que pese a todos sus esfuerzos, no lograron matar, y esto fue su memoria que siguió sonando años y años a través de reproductores músicales en todo tiempo y lugar. Nuestro protagonista se hizo eterno e inmortal en la medida en que su música sirvió como inspiración e influencia a gentes de toda índole y oficios, y el que fue su postrero disco consiguió no sólo venderse con notoriedad, sino además ser reproducido miles y miles de veces en los que serían los dispositivos en línea del futuro. Sus letras, sus rimas, su transcurso instrumental, en fin el transfondo y contenido de su mensaje comenzó a formar parte del sólido firmamento de la cultura, habitando unos elevados cielos que a la mayoría le resultan inalcanzables, pero que paradójicamente dan esperanza a los despreciados de la sociedad, dando cabida a lo único que es gratis en este mundo que es el soñar.

Dicho esto, sólo me cabe decir que todas esas eternas estrellas del rap que nos iluminan a través de inmensas aureas boreales que recorren el cielo nocturno, descansen en paz del mismo modo que sus proféticas palabras lo hacen en nuestros oídos cuando les escuchamos con contenida emoción.